Octubre
30 de 2013
Bogotá
Inhumana
Cuando
Gustavo Petro asumió la Alcaldía Mayor de Bogotá, se decía que los principales
factores de su éxito eran la oportuna denuncia del carrusel de la contratación
(cuyos principales responsables son los Hermanos Moreno Rojas), y el buen
trabajo realizado en el Congreso de la República (incluso, llegándose a
considerar como el Mejor Congresista). Pero
como toda historia tiene su lado oscuro, al Distrito Capital desde el primero
de enero del año anterior, le ha tocado bailar con la más fea. Se nota que
al burgomaestre el espejo retrovisor, en vez de ayudarle a conseguir las
soluciones que se requieren frente a la angustia, si acaso le ha servido para
subir su ego (en un comportamiento muy propio de cierto expresidente, al mismo
cuya convención de su movimiento político se le convirtió en un boomerang). Es
seguro de que al autor de la presente columna le caerán rayos y centellas por
parte de algunos aúlicos petristas, pero aquí vienen unos hechos que valdría la
pena reflexionar.
Primero; el premio obtenido por el supuesto trabajo
frente al Cambio Climático. Es muy probable que las
personas que concedieron este honor, se enterasen de la situación actual de la
Atenaz Suramericana, estarían pagando escondederos de a peso; los taxis
eléctricos ni suenan ni truenan. Segundo;
el Sistema Integrado de Transporte Masivo. Parece el reencauche de buses
viejos (después de largas jornadas en la guerra del centavo), que se vuelcan,
chocan, atropellan, varios choferes siguen con la cruceta en mente. Además, el
metro todavía no arranca ni siquiera su construcción (los planos tienen más
dudas que certezas), los cables del sur parecen una utopía irrealizable, los
buses padrones no es que contribuyan con el mejoramiento del tráfico ni del
medio ambiente ni del desarrollo sostenible.
Tercero; Aguas Capital. Cuando
la Empresa de Acueducto y Alcantarillado se encontraba bajo el régimen del
polémico Diego Bravo, al Alcalde en un momento de arranque de populismo y
arrogancia, le dio por hacer un cambio sin factibilidad ni planeación, quiso
cambiar de la noche del 17 de diciembre de 2012 a la mañana del día siguiente,
el sistema de recolección de aseo (si bien no era el idea, al menos cumplía sus
funciones básicas); ¿qué pasó? Montones de escombros, basuras, roedores,
insectos entre otros en las calles bogotanas sin dios ni ley durante las
vísperas de la nochebuena; ¿consecuencias? Dio papaya a la Procuraduría
(increíble, el alcalde cuando fue senador votó por el ultracatólico Alejandro
Ordoñez) para que le den la sanción, a falta de la revocatoria (aclarando que
no se apoya desde la presente). Cuarto;
la reforma al Plan de Ordenamiento Territorial (POT). Si bien se sabe que
el Concejo Distrital no es ninguna entidad angelical y pulcra, en un acto donde
los interrogantes fueron mal atendidos por los funcionarios distritales, se
hundió este Proyecto. ¿Qué hizo Don Gustavo? En un acto de soberbia y revancha,
impuso el POT reformado por decreto, con perlas como la edificación a diestra y
siniestra de las zonas aledañas al CAN (incluyendo la demolición de la Clínica
Santa Rosa, donde la Universidad Nacional podría tener su Facultad de Medicina,
y la desaparición injustificada e infame del Humedal Salitre – Greco). Ya se
puede ver el antiambientalismo de la supuesta Bogotá Humana, o Inhumana.
Quinto; construcciones en los Cerros Orientales. Dicen
que por el POT, las empresas constructoras están en incertidumbre; pero como
esta alcaldía funciona a la topa tolondra, sus entes de control no están
pendientes de los asuntos como los ambientales, entonces la deforestación de
los cerros continua impunemente. Sexto;
Avenida Longitudinal de Occidente (ALO). Debido a una desagradable rencilla
personal entre el Alcalde y el Gobernador de Cundinamarca Alvaro Cruz; actitud
reprochable para ambos, este proyecto se ha quedado mocho. Pero lo más
increíble es que el Alcalde piensa construir una Universidad de Bogotá allá
donde nadie se acuerde (¿porqué no ayudar a las Universidades Nacional,
Distrital y Pedagógica? Suena más sensato), así como parqueaderos para el SITP,
¿porqué tan lejos? Como si fueran a esconder sus problemas mediante la actitud
del avestruz.
Séptimo; apoyo por parte de la Secretaría de Salud a
los manifestantes contra el Proyecto de Reforma a la Salud. Nadie
cuestiona su opinión frente a estos temas, Colombia es un Estado de Derecho; lo
que si vale la pena es hacerle la siguiente reflexión a Aldo Cadena (actual
secretario y otrora dirigente de Anthoc); ¿no sería mejor buscar soluciones
para Capital Salud EPS-S, así como mejorar el servicio en la Clínica del
Caviar, más conocida como Hospital de Meissen? Es mejor ser parte de la
solución del problema. Octavo; actitud
frente a una posible destitución y salida del Palacio Liévano. Quizás lo
más grave. Es bien sabido la antipatía ideológica del Procurador, pero mucho
peor es lo que ha dicho Petro frente a este caso. Tiene derecho a pedir
protección frente a instancias internacionales; pero eso no le da permiso para
predecir irresponsablemente que se caerá el proceso de Paz con las FARC (principales
depredadores del Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible en Colombia), así como
poner a Bogotá en un escenario dantesco en caso de que la posible destitución
se haga realidad. Un funcionario público debe velar por la sostenibilidad de su
país y su ciudad, y para eso lo principal es guardar prudencia frente a las
situaciones más tensas que se den.
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